En una carta enviada recientemente a la Comisaria Europea de Medio Ambiente, Jessika Roswal, Castilla y León junto con otras trece comunidades autónomas y las dos ciudades autónomas, han denunciado el incumplimiento de la ley por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. En dicha carta, se hace referencia a la falta de envío del censo que el Gobierno central debió haber remitido antes del 31 de julio. Además, solicitan una reunión con la comisaria para abordar la situación actual.
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla y León ha manifestado su preocupación por la situación, especialmente tras la suspensión sin justificación de la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente que debía haber aprobado el informe sexenal de todas las especies de la Directiva Hábitats, incluido el lobo, entre otros temas. Esta decisión se percibe como un intento de evitar la aprobación del informe que indicaba un estado de conservación favorable del lobo, documento respaldado por la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad.
Tras la cancelación de la conferencia, las comunidades autónomas, incluida Castilla y León, han solicitado en varias ocasiones una nueva convocatoria, de acuerdo con las normativas establecidas, pero el Ministerio ha rechazado estas peticiones, a pesar de la mayoría de votos a favor de las autonomías.
La intención de estas comunidades y ciudades autónomas es recuperar la gestión de la especie del lobo, que ha experimentado un aumento tanto en población como en territorio, pasando de 279 manadas en el censo anterior a 333 en el último realizado por personal público de diversas comunidades autónomas. Sin embargo, se teme que el Ministerio esté evitando que esta información llegue a Europa, con el objetivo de impedir que las autonomías recuperen la gestión de la especie, como lo ha indicado la reciente modificación de la Directiva Hábitat y la Ley de Desperdicio Alimentario en España.
En este contexto, las comunidades autónomas buscan conservar de manera favorable la población de lobos, pero también buscan equilibrar esta conservación con la protección de la ganadería, que ha sufrido daños considerables debido a los ataques de lobos. Por ejemplo, solo en Galicia, Cantabria y La Rioja se registraron más de 12.000 cabezas de ganado muertas en 2024.
Esta situación pone de manifiesto la importancia de encontrar un equilibrio entre la conservación de especies como el lobo y la protección de la actividad ganadera, garantizando la sostenibilidad ambiental y económica en las regiones afectadas.
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